lunes, 31 de agosto de 2009

Testamento

No se si ahora es el momento
o si me estoy adelantando demasiado,
pero por si un día de estos,
amanezco muerto
y empiezo a ser cosa del pasado,
voy a escribir mi testamento:

Todas mis deudas se las dejo
a quienes hablen bien de mí en el entierro
así verán que no soy tan bueno
y que los amigos se cuentan con los dedos.

Mi espíritu, mis sueños, mi vida,
son para el hijo que nunca tuve
huérfano de padre y madre
es la única vida
que descansa tranquila
ni cielo, ni infierno
se quedo en el limbo,
en la luna de valencia,
o toda la vida en babia.
Oasis que son espejismos,
ante este inmenso legado
mejor no haber nacido
ese es mi mejor regalo.

Dejo todo lo que tengo en la cabeza
a todo aquello que no llegue a saber
por si algún día alguien lo encuentra.
A mi me venció la pereza
no permitáis que os pase a vosotros también.

¿Y a quién coño le dejo yo mi corazón?
si no le va a servir a nadie,
probablemente muera de infarto
por no hacer caso al doctor,
por no hacer caso a este dolor,
del que ya empiezo ha estar bastante harto.
Cuando me duela el pecho y me falte el aire
no seré yo el mejor donante
para llenar tus venas de sangre.

Mi casa, mi coche, mi traje,
solo una cosa os pido, quemadlos,
que no haya nada material por lo que recordarme
las posesiones cargadas de recuerdos
solo sirven para hacer una hoguera
el fuego al menos calienta.

Y lo único que dejo para ti
en esta mi pobre herencia,
es ese recuerdo
grabado en tu conciencia.

Solo un último deseo pido
a todos los que hoy lloráis de verdad por mi
y no os lo pido, os obligo
ha encontrar un buen epitafio
entre los versos que he escrito.
No quiero ni cruces ni cristos
encima del banquete de los gusanos
no me ayudo cuando estaba vivo
no quiero nada una vez muerto.






No hay comentarios:

Publicar un comentario