lunes, 16 de agosto de 2010

Atenuantes

02/06-16/08/2010


Tire toda la vida
en una esquina
y fui a perderme
dentro de otro bar,
entre cerveza aprendía a divagar.
Vomite demonios en la acera
y al vaciarme
no podía parar de pensar,
mi cabeza era una colmena.
Las palabras como abejas
no paraban de atacar,
tanto me dolía,
que pase la noche en comisaria,
por tirarle piedras
a un coche de policía.
Cerraron los cerrojos
conmigo dentro,
grite, hasta para los sordos,
pero debia ser una celda,
de esas blancas de aislamiento,
por que no vino nadie a ayudar.
Golpee los barrotes
hasta que se cayo la venda,
y la puerta que no abría
la abrió una llave de poesía.

sábado, 7 de agosto de 2010

Tu pequeña caja de zapatos grandes

02/04-07/08/2010



Me fije en ti desde el primer paso
que diste al entrar en aquel bar,
con aquel aire de niña traviesa
que te gastabas al caminar.
Te sentaste junto a mi mesa
y no dejamos de jugar
al antiguo y noble arte
de mirar y no mirar,
de buscarse y no encontrarse,
de encontrarse y no mirar.
Y tras cinco minutos de tramites
tu de pronto preguntaste:
¿Que es para ti la felicidad?
-que una chica bonita me pregunte estupideces.
Mi respuesta provoco tu sonrisa
y empezamos ha hablar
de lo divino y de lo humano,
del impacto medioambiental de los pantanos,
de los versos de Antoine Lamarck,
de como arreglar la economía mundial,
de disfrutar de los placeres mundanos
y todo lo que odiamos a esta estúpida e hipócrita sociedad.
Pasaron las risas,
pasaron las rondas,
y empezamos a brindar:
!por Froilan Rey de España¡
!por la gente que no sabe silbar¡
!por quedarse hasta la una del mediodía en la cama¡
!por la gente que no sabe vivir sola¡
Y tu no te cansabas de brindar
!por los desconocidos que no se atreven a besar¡
Ante tantas indirectas,
y al haber demostrado tanta paciencia,
te dije sin dudar:
La penúltima la podíamos tomar en mi casa,
lo tenia que intentar.
-vale, pero yo duermo sin pijama-
me partiste por la mitad,
no supe ni que decir
y eso a mi no me suele pasar.
Pero no hizo falta,
me cogiste de la mano
sin decir una palabra,
y salimos a la calle
con dirección a mi cama.
Tras esa noche salvaje
quitamos al corazón la coraza,
no importaba hacer malabares
si era entre las sabanas,
no importaba quedarse atontado
mirando tu cuerpo desnudo,
(que suerte tuve con que no te gusten los pijamas).
Y así pasamos de compartir palabras y besos
ha compartir un colchón,
todo tu equipaje
consistía en una pequeña caja
de zapatos grandes
llena de recuerdos,
que fuimos completando
con nuestros momentos.
Nunca tuvimos dinero
pero yo tenia algo mejor,
el dinero lo tiene cualquiera
que carezca de escrúpulos y dignidad
pero unicamente yo veía tu cuerpo desnudo,
unicamente yo corría por tus venas,
unicamente yo te acariciaba el culo,
y unicamente yo disfrutaba entre tus piernas,
o eso al menos me decías.
Tras los días de carnaval
llegaron los meses
de enfrentamiento en la cocina
y armisticio en la cama
del amor y sus vaivenes,
una de sal y otra de harina.
Pero fieles a nuestra doctrina,
"tu ya sabes que me tienes...
como el polvo de los viernes,
como el compañero de viaje
y como la persona que mas te ha querido".
Pero las palabras se las lleva el tiempo,
cuando llega la memoria de los peces.
Todo lo vivido se olvido,
nos convertimos en dos extraños
que veían juntos la tele,
no se escuchaban nunca
y se besaban en días señalados.
Una palabra bonita,
un gesto,
una sonrisa,
ni con una pistola en la nuca.
Para darle uso al colchón,
yo putero,
y tu tan puta.
Nos fuimos distanciando,
tu en lo tuyo,
y yo en lo mio.
Tus alegrías eran solo tuyas,
y mis dudas eran solo mías,
la locura era toda tuya,
y la basura era toda mía,
tus ausencias eran solo tuyas,
y mis poesías eran solo mías.
De repente,
muy educadamente
y con carácter urgente.
Decidimos que tu vida era solo tuya,
y que yo perdería la mía.
Saliste por la puerta
y solo me dejaste
la pequeña caja de zapatos grandes
que no contenía nada.
Te llevaste tus despertares,
cuando me abrazabas por la mañana.
Te llevaste tus borracheras y tus bailes,
que siempre terminaban sin ropa y de madrugada.
Te llevaste a la ama de mi casa
y a la madame de mis noches.
Te llevaste el aroma a sexo
que desprendían los cuerpos
cuando nos amábamos,
te llevaste hasta eso.
Te llevaste los gritos y las voces
y el preocuparme por que no llegabas.
Te llevaste tu nombre
de la etiqueta del buzón.
Te llevaste el significado
de la letra de nuestra canción.
Te llevaste los besos,
no te llevaste el amor
por que no quedaba nada.
Te llevaste el dolor
y te lo agradezco.
Ahora que se fueron las lagrimas,
y solo quedan flores secas
escondidas entre las paginas
de poemarios, ensayos y novelas,
salgo cada noche
en busca de la felicidad
en los labios de una extraña,
aunque noche tras noche,
boca tras boca,
me equivoque.
Ya me equivoque una y mil veces,
me equivoque contigo
y me equivoque conmigo también.