viernes, 19 de octubre de 2012

Gotas de lluvia


21/08/2012

Una gota que arranque la tormenta,
como esa primera palabra,
que desencadena
el torrente de versos.

Una gota que arranque la tormenta,
siniestro en un cielo de nubes grises
y que empiece la descarga eléctrica,
entre las nubes más negras.

Una gota que arranque la tormenta,
y que el agua empape,
nuestras cabezas
y nuestras prendas.

Que la lluvia arrastre gota a gota
toda la porquería y toda la mierda.

Una gota que arranque la tormenta,
como esa idea furtiva
que libera la mente,
idea que no entiende,
ni de leyes,
ni de normas impuestas,
doctrinas que nos inculcan,
en la prensa, en la tele,
y en la escuela.
Pensamientos que gota a gota,
colmen el vaso de la paciencia,
que lo inunden todo,
las plazas, las casas, las aceras,
para que broten
entre el hormigón y el cemento,
nuevas conciencias.

Una gota que arranque la tormenta,
que nos haga sentir,
que todos somos gotas del mismo mar,
gotas diferentes pero idénticas,
que todos somos gotas del mismo manantial
y que muchas más gotas de lluvia
aun están por llegar,
gotas que den forma a las piedras,
gotas que alimenten la tierra,
gotas que mojen las raíces que nos sustentan,
gotas que recorran los tallos y las ramas
para llegar a las hojas
y poder escapar,
tocar el cielo y regresar
con la forma de una gota,
gota que arranque la tormenta.

Una gota que arranque la tormenta,
y que el rugir de los truenos,
silencie las mentiras,
y que la luz de los rayos
alumbren en la noche nuestro camino
y que poco a poco
gota a gota
empiece a diluviar,
gota a gota,
incesantemente,
que en su caer intermitente,
acaben por derramar
la copa de la derrota,
y entonces,
en una noche futura,
seremos agua de río
que su cauce ha de desbordar,
seremos agua de mar
que los diques ha de derribar,
seremos las gotas de lluvia
que arranquen la tormenta,
y entonces,
seremos todos gotas del mismo mar.